domingo, 20 de enero de 2013

Ponte en mi piel

Quemándome por dentro pese a los 2 grados exteriores,
un cigarillo y un café viendo caer la noche en mi ciudad,
ya no sé si escribo versos, un testamento o canciones.
Ni tu ni yo, ni yo ni tu, solo esta jodida soledad.
...
Apartar a los que quiero de mi lado siempre se me ha dado bien, pero te susurré que no te marcharas por mucho que te intentara echar. 
¡Ay, mi amor! ¿Donde estás en esas noches en las que no sé ni lo que escribo?, cuando el frío de la noche me consume y solo tengo una manta que me arrope, esas noches mirando a la luna, dando vueltas a todo y matándome entre las sábanas. Sábanas de sangre, puesto que escupí hoy también mis desengaños, un sueño que me visita y me grita lo inalcanzable que es. Esas noches mi amor, en las que te estraño, en las que busco tu olor en la ropa y no está, en las que mi almohada llora tu ausencia y la cama se hace grande, enorme, tan gigante que me pierdo en ella. Esas noches en las que mis ojos rojos no encuentran semejantes y unas pupilas dilatadas ven como escribo sancedes que ni me vienen, ni me van, sin sentido alguno. Esas noches en las que te busco, mi amor, y no te encuentro.
La nostalgia me atrapa como a ese pobre desgraciado que aclama a Dios, mirando al cielo mientras busca una respuesta. Como tus dientes cuando atrapan mi labio inferior haciéndome morir de amor. Como aquel vinilo que gira y gira, y gira...

No hay comentarios:

Publicar un comentario