lunes, 3 de junio de 2013

Autodestrucción

Volvieron. Volvieron aquellas noches como las oscuras golondrinas de Bécquer, las que parecen encerradas en mi estómago, piando por salir. Volvieron las noches dialogando con Dios, más bien, contándole el monólogo de mi vida a la luna, la única que está presente, la única que me gusta imaginar, me escucha.
Las mismas noches que me mataban antaño, la misma oscuridad a la que hoy estoy cogiendo cariño. Hablando de cariño, ¿Como estás? ¿Sigues vivo? En mi mente desde luego. ¿Por qué no te vas? ¿No ves que volviste a mi cabeza a pasear pisando todo lo que ya había construido? No, supongo que no.

No es que te odie, simplemente no quiero verte.
No es que llore, es que no me sale sonreír.
No fue algo eterno, más bien fue efímero.

Juraste querer, no lo hiciste.
Pediste amor, y ni siquiera sé quererme a mí.

Pobre ingenuo que eres a veces, cariño, o pobre infelíz que soy yo, ya no sé, no sé, solo sé que es más facil echarte las culpas, aún que no es más facil, ni mucho menos, odiarte a ti que a mi, pero es más saludable, supongo. Dejo de engañarme, no aguanto no verte, no aguanto a mi mente, no aguanto esta jodida soledad.
Sálvame, que quiero salir.


Amor

Amor - Relato corto de Raúl Brasca, Uruguay.

( Él )    A ella le gusta el amor. A mí no. A mí me gusta ella, incluido, claro está, su gusto por el amor. Yo no le doy amor. Le doy pasión envuelta en palabras, muchas palabras. Ella se engaña, cree que es amor y le gusta; ama al impostor que hay en mí. Yo no la amo y no me engaño con apariencias,  no la amo a ella. Lo nuestro es algo muy corriente: dos que se perseveran juntos por obra de un sentimiento equívoco y otro equivocado. Somos felices.



( Ella )   Pretende que yo estoy enamorada del amor y que a él solo le interesa el sexo. Dejo que lo crea. Cuando su cuerpo me estremece, lo atribuye a sus muchas palabras. Cuando mi cuerpo lo estremece, lo atribuye a su propio ardor. Pero me ama. Y no lo saco de su engaño porque lo amo. Sé muy bien que seremos felices lo que dure su fé en que no nos amamos.